lunes, 29 de noviembre de 2010

El museo del Fuego abrirá a comienzos de 2011 en precario y con equipamientos universitarios

Heraldo de Aragón. Javier Velasco.
A comienzos de los años ochenta, el Ayuntamiento de Zaragoza se lanzó a comprar una serie de antigüedades relacionadas con los trabajos de extinción de incendios. El objetivo era hacer, a corto o medio plazo, un museo en el que se mostrara la historia y la actividad de los bomberos de España. El escenario elegido para albergar este centro de interpretación fue el convento de Mínimos de la Victoria, en la calle de Pignatelli, que perteneció a la orden de San Francisco de Paula. Tres décadas después de que a alguien se le encendiera la bombilla, tras más de 13 años de obras y con una inversión de más de 8,5 millones de euros, el gran edificio destinado a museo del Fuego solo abrirá una de sus tres plantas con el fin con el que fue ideado.
La planta baja va a ser la única que tenga espacio expositivo. Abrirá, según el consejero de Cultura y Grandes Proyectos, Jerónimo Blasco, en el primer trimestre de 2011. El precio de las entradas y la promoción que se hará aún no se ha decidido. Solo se sabe que se integrará en la red de museos municipales sin apenas personal propio, ya que los trabajadores serán para el conjunto del edificio.
El convento contó en su fundación en 1576 con la colaboración -entre otros notables- del tercer Conde de Aranda, Juan de Urrea y del Justicia de Aragón, Juan de Lanuza. El edificio de carácter barroco y clasicista fue reconvertido tras la desamortización de Mendizábal (1835) sucesivamente en cuartel, escuela, y viviendas.
En la actualidad se están acabando dos intervenciones más, las enésimas, en el inmueble. Una de 700.000 euros para completar la gran reforma anterior del convento y otra más de 800.000 euros, para preparar la exposición de piezas museográficas. Se está cerrando el claustro central -presentaba huecos que lo hacían poco eficiente energéticamente-, así como la cubierta, por donde han entrado palomas que, en los meses de abandono del inmueble, ensuciaron de excrementos muchos espacios.

Universitarios y visitantes

Estos 1,5 millones de euros se suman a los más de 7,1 que ya se emplearon en su día, para dar con una inversión multimillonaria que no estará aprovechada como en principio estaba pensado. Y es que el museo del Fuego no solo va a ser museo del Fuego. En las plantas superiores se van a ubicar equipamientos de la Universidad de Zaragoza, dentro de un acuerdo global que el Rectorado y el Ayuntamiento presentarán próximamente, para acercar al Casco Histórico la institución educativa.



Así, en la primera planta y en la segunda habrá aulas y salas de estudio para universitarios. La idea es que en unos pocos meses, antes de que termine el actual curso académico, ya se den clases en el museo del Fuego, aunque no se hará público cuáles serán las clases que se impartan hasta que se cierre el acuerdo entre el Ayuntamiento y la Universidad de Zaragoza. Los Erasmus podrían ser algunos de los usuarios de los nuevos equipamientos. En principio, la instalación de aulas y salas de estudio no será algo provisional, a la espera de una futura ampliación del museo del Fuego. La vinculación entre ambas instituciones será por varios años, al término de los cuales se estudiará el éxito de un espacio y de otro: "Depende de cómo funcione el museo y de cómo funcionen las aulas decidiremos qué se hace", dijo Blasco.

Hasta entonces, los universitarios se mezclarán con los visitantes del museo, ya que entrarán por la misma puerta para luego separar sus caminos.

1 comentario:

Vulcano dijo...

Cómo es posible que un edificio con un fín, como es un museo, acabe convertido en salas de estudio para la Universidad. QUE POCA VERGUENZA!!!. La Universidad tiene espacio en la Expo si lo necesita, no tiene que "robarle" cultura a los ciudadanos de Zaragoza, aunque claro... la culpa la tienen los políticos que ofrecen un espacio a cambio de vete a saber que... (por ahí rondan informes encargados a la Universidad a dedo a amiguetes) VERGONZOSO!!!