jueves, 20 de diciembre de 2012

El 061 diagnostica un ictus como ansiedad

El Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha condenado al Salud a indemnizar con 90.000 euros a una zaragozana a la que la médica del 061 diagnosticó como ataque de ansiedad un ictus. Al no acudir a Urgencias inmediatamente, las secuelas se agravaron hasta provocarle una incapacidad permanente. La mujer reclamaba inicialmente 300.000 euros, representada por el letrado Ricardo Agoiz en nombre del Defensor del Paciente. Pero el tribunal ha considerado, basándose en la doctrina del Supremo, que no todas las secuelas son imputables al diagnóstico erróneo.
 
La indemnizada, tras haber sufrido pérdidas de visión, palpitaciones en el ojo y mareos en días previos, comenzó a encontrarse muy mal en el trabajo, en octubre del 2007. Le dolía la cabeza, no sentía el brazo izquierdo, tenía ganas de vomitar, mareo, parálisis del lado izquierdo... Pese a estos síntomas, la doctora que atendió la llamada en el 061 juzgó que era un ataque de ansiedad, y le recetó que se fuera a casa y se tomara un calmante.
 
En casa, se despertó de madrugada con convulsiones, sin coordinación en ls piernas y sin sensibilidad en el brazo izquierdo, por lo que sus padres le llevaron a Urgencias del Servet. Allí, los médicos le diagnosticaron un ictus y se hicieron cruces de que le hubiesen diagnosticado un ataque de ansiedad. También le dijeron que si hubiese acudido antes --en la fase hiperaguda, las tres primeras horas--, las secuelas hubiesen sido mucho menores.
 
La joven reclamó por vía administrativa a la DGA, y el informe de Inspección Médica reflejó un error en la atención sanitaria. Pero el Gobierno aragonés desestimó la reclamación.


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