Heraldo de Aragón. Teresa Martín
Los bomberos de Zaragoza rescataron este miércoles, a las 20.45, a J. L. G. S., un hombre de 66 años que, “debido a un descuido”, según apuntan fuentes oficiales, cayó por el fondo de un barranco del Canal Imperial de Aragón, a la altura de la Quinta Julieta, deslizándose por un lateral hasta golpearse con una placa de hormigón, que le produjo diversas heridas, “por lo que tuvo que ser trasladado al Hospital Miguel Servet de Zaragoza”.
Los Bomberos acudieron al lugar con una ambulancia y una autoescala y realizaron el rescate sobre las 21.00. La víctima tenía heridas en la cara y el cuello, por lo que fue trasladado al Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Una caída que supuso un gran revuelo entre quienes paseaban por el camino que discurre junto al Canal, una zona de ocio en la que a tan solo cien metros hay incluso un área de juegos infantiles. “Este espacio está tan desprotegido que a punto estuvo de caer caer otro hombre que estaba presenciando las labores de rescate”, apuntan desde la Asociación de Vecinos Residencial Parque Venecia, entidad que hace unas semanas ya alertó ante la junta de distrito del peligro que suponía que un terraplén con un desnivel de seis metros no tuviera ningún tipo de protección.
Los Bomberos acudieron al lugar con una ambulancia y una autoescala y realizaron el rescate sobre las 21.00. La víctima tenía heridas en la cara y el cuello, por lo que fue trasladado al Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Una caída que supuso un gran revuelo entre quienes paseaban por el camino que discurre junto al Canal, una zona de ocio en la que a tan solo cien metros hay incluso un área de juegos infantiles. “Este espacio está tan desprotegido que a punto estuvo de caer caer otro hombre que estaba presenciando las labores de rescate”, apuntan desde la Asociación de Vecinos Residencial Parque Venecia, entidad que hace unas semanas ya alertó ante la junta de distrito del peligro que suponía que un terraplén con un desnivel de seis metros no tuviera ningún tipo de protección.
“Se trata de una zona muy transitada, sobre todo ahora que ya ha llegado el buen tiempo. En su momento ya avisamos de que podía ocurrir un accidente y a la vista está. Finalmente y por fortuna se ha quedado solo en un susto”, dice José Ignacio Andrés, presiden del colectivo vecinal. “No creo que cueste tanto dinero poner una valla de madera. Sería la forma más lógica de evitar que se produzcan más caídas, ya que lo único que hay actualmente es una pequeña barra de unos diez centímetros que, en vez de hacer las veces de protección, aún genera más inseguridad”, concluye Andrés.
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